Es un hecho probado que una tejedora es capaz de tener muchos proyectos empezados y no terminar ninguno, hacer crecer la lista de las cosas que queremos tejer hasta el infinito y más allá porque constantemente vemos cosas que queremos hacer (nos falta vida para tantos proyectos jeje) y que su alijo lanero tiene el poder de expandirse como el universo.

Pero, debo decir, que aunque todo esto sea tan cierto como que no podemos pasar sin las agujas entre las manos, también una servidora está haciendo propósito de enmienda y de organización, al menos un poco, del caos reinante 😉

Hace unos días os enseñaba en Instagram (@thingstoknit) mi sistema para ordenar un poco los próximos proyectos que iba a tejer y que las cosas que me gustaría hacer no quedaran en la lista de por vida. Hoy os cuento un poco más en profundidad cómo lo estoy haciendo. Hace poco que lo estoy utilizando (como dos meses), pero también es cierto que me está sirviendo más de lo que pensaba, sobre todo, porque cuando acabo un proyecto sólo tengo que revisar en la cesta lo que tengo ya preparado y coger lo que más me apetezca. A final de año haré balance, y os contaré si he cambiado algo de todo lo que hago actualmente. De momento os explico (haciendo click en “sigue leyendo“) cómo lo estoy haciendo.

Espero que os sea útil y que me contéis qué tal la experiencia si lo probáis. ¡Feliz Sábado!

Ahora mismo todo el sistema de organización lo estoy basando en 5 bolsitas de algodón. 5 me parece el número perfecto para no tener demasiados proyectos “pendientes” ni pocos preparados. El tamaño es muy estándar 22×28 cm, las que veis en la foto las compré en Amazon. Las suelen vender para organizar diferentes cosas dentro de la maleta.

Si bien es cierto que siempre tengo las 5 bolsitas llenas con algún proyecto, no me impongo como obligatorio seguir el orden que tengo para tejer cosas. Así que si os apetece tejer algo entre bolsita y bolsita, se puede 😉 Yo ahora quiero hacer un cardigan y lo tejeré después de mi bolsita actual.

A la hora de elegir el proyecto que voy a tejer, primero reviso las lanas que tengo en el alijo para ver si alguna me sirve (porque este año es prioritario adelgazar las cajas de lanas 😉 ). Este año me hice un Excel con todos los ovillos que tengo, para que me sea más fácil ver si hay algo que encaja con lo que voy a tejer (si queréis que os lo comparta para que veáis como lo he hecho, decídmelo en los comentarios ;-)).

Si toca comprar alguna madeja, primero miro en las tiendas físicas que tienen tienda online. En muchas de ellas dan la opción de recoger en tienda y te puedes ahorrar el envío. ¿Por qué hago esto? Porque: ¿cuántas veces has ido a comprar lana y te has encaprichado de una madeja que ahora vive en tu alijo? Pues eso, es inevitable comprar algo que todavía no necesites y que se quede ahí almacenado de por vida, pero, ¡que madeja más bonita! ¿no? 😉

Si me toca comprar en tienda online, miro los proyectos que quiero tejer próximamente, si no tengo los materiales, hago lista de lo que necesito para comprar todo junto, de esta forma, si llegas al pedido mínimo, te puedes ahorrar gastos de envío.

Antes de meter las madejas en la bolsita, procuro ovillarlas si tengo tiempo en ese momento. Sino, cuando vaya tejer lo haré.

Hace relativamente poco, pensé que hay formatos de madeja que te impiden tejer ciertas cosas como a ti te gustaría. Por ejemplo: los calcetines, si de la madeja sacas un ovillo, tendrás que tejer un calcetín y después el otro. Me gusta tejer los calcetines juntos (pero en agujas separadas) y para eso necesito dos ovillos de 50 gramos cada uno (la mayoría de la lana para calcetines viene en unidades de 100 gramos).

¿Y cuál fue mi solución? Compré la báscula digital más chinurria que encontré en todo Amazon. Ahora cuando quiero separar la madeja en varios ovillos los voy pesando mientras los hago. No hace falta precisión de laboratorio, solo es para darme una idea aproximada de cuánto tiene que pesar el ovillo según la división que esté haciendo.

Para saber a qué proyecto pertenece lo que hay dentro de la bolsa, escribo en el frontal el nombre del patrón. Esto lo hago con un bolígrafo que se borra con el calor. De forma que cuando termine, con pasar la plancha, ya estará la bolsa lista para albergar otros materiales de otro proyecto.

Cuando una bolsa queda vacía, no la lleno inmediatamente después con otro proyecto. Hay veces que junto dos o tres vacías y las preparo al mismo tiempo. Esto lo podéis hacer según os vaya apeteciendo 😉

En la bolsa de cada proyecto siempre preparo: puntas de agujas y cable, o aguja circular fija, y las lanas que vaya a utilizar.

Todas las bolsas ya preparadas las guardo en el mismo sitio (ahora mismo en una caja que imita a las de las fresas de Ikea, la podéis ver aquí). Cuando acabo algo, voy a la caja a dejar la bolsa vacía y ver que es lo siguiente que me apetece tejer 😉