Hay madejas que compras porque te enamoras de ellas. Las ves ahí en el expositor de la tienda, tan monas, esos colores, esa fibra que abraza, esos ojitos que te pone de “llévame contigo“. Y tu ¿qué haces? Pues así, de forma muy sutil, sacas el monedero, como si no quisieras que se enterara nadie y… se viene contigo a casa.

Después, eso de integrarla en algún proyecto siempre es una posibilidad que se adivina en el horizonte. Nunca se sabe cuándo será ese momento en el que verás el patrón perfecto y pensarás “eso es perfecto para esa madeja mona que tengo yo”.

Pero en la práctica eso no me pasó a mí y tenía una preciosa madeja de Hedgehog Fibers color Monet que nunca acababa de salir de la caja de las lanas. Abría y cerraba y ella siempre estaba allí, mirándome desde su esquinita. Uno de los propósitos siempre es bajar el volumen del alijo de lanas y, en mi caso, comprar únicamente lo que sé que voy a tejer porque tengo ya proyecto pensado.

Así que en un arranque de esos de “te voy a tejer sí o sí“, busqué un patrón colorido, de los que admiten combinaciones locas y reciclajes de restos de ovillos, y tejí un par de “Fluorite Socks” (Andrea Mowry). Seguro que no serán los últimos porque, aparte de ser un patrón sencillo y rápido de tejer, me gusta poder tener la posibilidad de quitar del medio los mini-ovillos para tejer más calcetines. Totalmente recomendable y muy bien explicado, para las que estéis empezando a tejer este tipo de prendas.

El enlace al patrón os lo dejó aquí y el post del mes de Febrero de La Fábrica aquí. También os dejo el resto de las fotos de este proyecto haciendo click en el botón “sigue leyendo“. Fue divertido hacerme las fotos con los calcetines puestos 🙂 pero creo que ha merecido la pena y han quedado bonitas 🙂